Este blog se actualiza quincenalmente

Entrevista exclusiva con Lydia Cacho


Por Eve Gil
NOTA: No reproducir sin permiso escrito de la autora. Este material está protegido por Derechos e Autor y quien lo tome sin permiso incurre en un delito.
A Lydia Cacho nada la amedrenta, aunque razones no le faltan para tener miedo. Tras el espantoso periplo que vivió, como resultado de su valiente denuncia de una organización de pornografía infantil que operaba en México e involucraba a políticos y empresarios –la inmensa mayoría de los cuales no ha sido tocado con el pétalo de una rosa…e incluso han sido candidatos a gubernaturas-, Los demonios del Edén, se vuelve a lanzar, milagrosamente viva y entera, a realizar una investigación a nivel global sobre el mismo asunto a través de un impresionante libro titulado Esclavas del poder (Grijalbo, México, 2010)
Impresionante no solo por el nivel de investigación y la dramática realidad que exhibe –y nos sacará lágrimas como, de hecho, se las sacó a la propia Lydia-sino por la calidad narrativa de esta periodista, digna discípula de Kapuscinski, o de la heroica rusa Anna Politkovskaya (que fue amiga de Lydia), asesinada por órdenes de Putin. Y si bien en México ha sido perseguida, amenazada, incluso vejada por el gobierno que debiera protegerla, ha recibido toda clase de premios en el extranjero, otro aspecto que la emparienta con Politkovskaya: “Para hacer periodismo siempre hay dos móviles: la noción de que hay historias que deben ser contadas y la posibilidad de acceder a esa información y la inspiración que nos da la respuesta social a nuestro trabajo –señala Lydia con la firmeza que la caracteriza- En efecto he recibido muchas agresiones tanto por parte tanto del poder como de las mafias, pero también he tenido el privilegio de vivir cotidianamente una reacción importante por parte de la sociedad que lee mis libros y entiende que algo hay que hacer al respecto.”
Lydia ya estaba planeando escribir este libro antes de haber sido arrestada por orden del llamado Gober Precioso, a instancias de Kamel Nacif –amigo y cómplice del pederasta Succar Kuri- que pasará a la historia por esa deleznable acción que sin duda se reflejó electoralmente en las pasadas elecciones en las que su candidato fue rotundamente rechazado: “Se me ocurrió después de entrevistar a una joven venezolana en el año 2004, y a partir de esa entrevista me quedó claro que algo había que hacer. No tenía tan estructurada la idea del libro “Esclavas del poder” pero ya sabía que no podía contar la historia de una venezolana llevada a México por las mafias de Nuevo León, sin explicar lo que sucede alrededor del mundo.
“La idea original fue siempre hacer el libro sobre las redes internacionales. Lo difícil consistió en conseguir los recursos para darle la vuelta al mundo y tener el tiempo mientras hacía trabajo de free lance para poder conseguirlos, y vender previamente el libro a otros países, como España, por ejemplo, para con ese dinero poder viajar. Ya sabemos que en México el periodismo de investigación no es bien pagado y conseguir los recursos para esa tarea a nivel global, es otra experiencia grandísima en sí misma.
Yo, que lloré con este libro, pregunto a Lydia cómo es posible que ella, que lo vivió en carne propia –y consciente de la gran sensibilidad que la caracteriza-haya podido soportar tanto dolor: “Estoy convencida de que para hacer un buen periodismo en el siglo XXI, particularmente este periodismo de paz o de derechos humanos, necesitamos establecer vínculos afectivos y emocionales con nuestros entrevistados; con las personas a las que accedemos para que nos cuenten sus historias. Ya lo dijo Kapuscinski: “Esta no es profesión para cínicos”. Creo que quien se defiende las emociones cuando hace periodismo no puede hacer un periodismo bueno porque tienes que entrar a profundidad en la vida y el la experiencia del sufrimiento de las personas. He llevado terapia psicológica desde hace diez para articular mis emociones y tener claro cuáles son mías y cuáles no, y ponerlas en su lugar. Hay cosas que una, por más colmillo de reportera que se tenga, no son fáciles de manejar emocionalmente. Escribí diarios a lo largo de todos mis viajes para externar esas emociones que no están en el libro.
Hacia el final del libro, tras hacer un meticuloso recorrido por países donde se practica la esclavitud sexual de mujeres y niñas hasta de cinco años (Turquía, Indonesia, Vietnam, Malasia…incluso la muy civilizada Japón, donde la Yakusa explota mujeres, según refleja el dramático testimonio de una joven estadounidense que cayó en sus redes), Lydia regresa a México y nos revela datos en verdad espeluznantes…como la explotación de ciudadanos chinos a manos del propio Kamel Nacif, “El rey de la mezclilla”…con la anuencia de Vicente Fox:
“Para mí era muy importante explicar ese tema. Tuve la fortuna de entrevistar a un altísimo funcionario de la Secretaría de Gobernación, que en ese momento se entrevistó con el propio Nacif y recibió órdenes de Fox…y efectivamente son las mafias quienes están incrementando la esclavitud de seres humanos en el mundo, y en México en particular, pero esas mafias no tendrían esas herramientas si el estado mexicano y otros países no hubieran realizado estos tratados de Libre Comercio que implican dar autorización o permisos de esa naturaleza, que son permisos para la esclavitud, para los malos tratos y la explotación. Tendemos mucho a ver hacia afuera, lo que hacen los americanos y los canadienses con los trabajadores temporales de México y Latinoamérica, pero difícilmente miramos lo que México le hace a trabajadores de otros países.
Se menciona también a un individuo de origen argentino, funcionario del régimen del General Videla que desapareció a cientos, acaso miles de ciudadanos, llamado Raúl Martins Coggiola y que opera negocios de prostitución con jóvenes extranjeras en Cancún, protegido por altos mandos del gobierno. Según nos cuenta Lydia, este libro aparece muy oportunamente ya que en Argentina ha vuelto a abrirse el caso de Martins y este testimonio resultaría vital para ajusticiarlo en su país de origen.
Pero lo más importante de “Esclavas del poder”, es determinar cuál es la no tan sutil diferencia entre la prostitución ejercida por propia voluntad y la esclavitud sexual: “El debate sobre prostitución tiene que ser mucho más responsable y ético y quitarle la discusión religioso-moral, todos estos prejuicios que no nos permiten poner la realidad sobre la mesa. Creo que es importante hacer un abordaje de aproximaciones sucesivas, es decir, lo ideal sería que la prostitución desapareciera, pero para que esto suceda tiene que desaparecer también como principio cultural, es decir, que desaparezca esta noción de que la única alternativa de millones de mujeres para salir adelante es vender su cuerpo en condiciones deplorables en donde generalmente el trato de los hombres es muy violento, de humillaciones, porque la mayoría de los hombres que compran mujeres lo hacen precisamente porque lo que quieren es tener un objeto que puedan controlar y utilizar.
“Me parece muy importante tomar en cuenta, primero, los derechos humanos y constitucionales de todas las mujeres adultas que están en situación de prostitución, es decir, qué opciones tendrían ellas. Mi experiencia a través de cientos de entrevistas que hice con prostitutas en México, es que la gran mayoría me dijo que si tuvieran verdaderas opciones estarían en otra cosa, entonces, ¿qué opciones les brinda el Estado a las mujeres mexicanas para que elijan hacer otra cosa distinta a estar en condiciones de malos tratos y de explotación de esta naturaleza? Después sería qué tipo de discurso ciudadano vamos a crear entre hombres y mujeres sobre la sexualidad y el erotismo y el uso del cuerpo para fines eróticos; replantearnos estas ideas del amor, del erotismo, del sexo, de la pasión…incluso de la pornografía como medio educativo y el daño que ha hecho en las sociedades
”Hay una experiencia global: Alemania, Holanda y Australia legalizaron la prostitución y tuve oportunidad de visitarlos e investigarlos, conectando expertos que están en ambos lados, tanto quienes están por la abolición como por la legalización. Se trata de países con una economía estable y niveles elevados de igualdad entre hombres y mujeres, donde dicha legalización no erradicó la trata de personas, sino ocultarla de forma mucho más perversa, es decir, la trata de adolescentes y niñas aumenta sobre todo en países como Holanda y Alemania. Entre el 91 y el 98 de las prostitutas son mujeres de otros países, países pobres africanos, asiáticos y latinos, que llegaron a Alemania, Australia y Holanda buscando un trabajo digno para ellas, y encontraron que la única opción era la prostitución. Es decir, quienes tienen real acceso a la vivienda, a la seguridad social, que son las alemanas, las holandesas y las australianas, no quieren ser prostitutas.”
Para rematar, Lydia avala la posibilidad de que muchas de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez fueron utilizadas para realizar pornografía snuff: “He sido muy cuidadosa con este tema. Desde hace once años que empecé a investigarlo gracias a que me invitó Esther Chávez Cano que me pidió documentar la violencia contra las mujeres, se hablaba ya en el cine snuff y de esta pornografía violenta que termina en la muerte de estas mujeres. Nunca he visto un video de esta naturaleza, pero cuando me entrevisté con agentes del FBI y de la Agencia Especializada contra la Trata de Personas en Estados Unidos e Inglaterra, mencionaron haber rescatado y visto videos snuff y afirman que algunos de ellos están hechos en México. Eso confirma nuestros temores y me hizo ver que hay que hay que estudiar con mucha más profundidad y respeto el tema de los pornografía. Cada vez que hablamos de pornografía y del peligro que implica en términos de educar a los jóvenes mexicanos, mucha gente cree que estoy moralizando. Yo invito a tus lectores a que se dedique al menos durante una semana a buscar pornografía en internet: va a encontrar unos niveles de violencia increíble, con adolescentes. Nada que ver con esa pornografía ligera que te muestran en Cinemax. La que nuestros hijos están viendo en internet es una pornografía tendiente a la humillación. Doy incluso algunos nombres de sitios de internet porque me parece fundamental que la gente entienda a qué me refiero cuando hablo de pornografía…y si bien, por lo general son las mujeres las humilladas, hay también algunos sitios gay donde no se ven verdaderos actos de violencia real, que son desgarradores… y cada vez encuentras más jovencitas coptadas por estas redes de tratantes que cada vez tienen más éxito, incluso entre los mismos adolescentes.
¿Qué granito de arena podemos apartar cada uno de nosotros para terminar con esta situación?, pregunto a Lydia: “De entrada discutir en nuestro hogar qué significa la pornografía para las demás personas…hablar de erotismo. Necesitamos educar a muchachos y muchachas para que sepan que hay una vida erótica sana, buena para ellos y ellas, donde son dueños de su cuerpo. El silencio puede ser el mejor cómplice de tratantes de personas que están coptando adolescentes en todo el mundo, y sobre todo en México, ofreciéndoles dinero con la promesa de convertirlos en cantantes y modelos.
“Otra cosa es que si van a viajar a algún lugar en México, sobretodo playas, es importantísimo meterse en estos sitios de internet para saber qué hoteles sí se están comprometiendo en contra del turismo sexual infantil y del turismo sexual en general, y dejar de asistir a los que no. Cuando como consumidores castigamos a los medios de comunicación o los hoteles o a quienes ofrecen servicios que se coluden de alguna manera con la delincuencia, cambiamos las cosas poco a poco. Otra cosa que me parece importantísima es unirse a organizaciones. Cualquiera puede abrir la página de Save The Children y saber cómo unirse. No es necesario donar dinero, simplemente, como padre o madre de familia, bajar información que pueda compartirse en las escuelas de sus hijos e hijas. Hay pequeñas acciones cotidianas que no nos cuentan nada y no tenemos que meternos contra los mafiosos, pero sí podemos hacer muchas cosas para prevenirla.
Pese a que Esclavas del poder es una novedad editorial, ya Lydia ha recibido amenazas de muerte: “Cuando lo saqué en España recibí una en mi blog y se la mandé a un experto en seguridad que descubrió que el correo con amenazas de decapitarme venía de Veracruz, incluso tenemos la dirección de la casa de la que salió, y sí creemos que está directamente vinculado con el libro por lo que menciona.