Este blog se actualiza quincenalmente

Escritoras para el Nuevo Milenio LVIII


Hombre de poca fe
Fragmento de novela
Por: Gilma Luque 

¿Has visto alguna vez una parvada abandonar un árbol? Los pájaros vuelan negros, pequeños, y sólo se queda la soledad del árbol. Creo que así pasa cuando se deja de amar. Se van todas las aves que te habitan. Así se fue Julio de mi cuerpo, aunque lo tocara cada día. Yo estaba vacía de él. Pero como árbol permanecí inmóvil, ¿cuándo se ha visto un árbol abandonar las aves que lo habitan, un árbol con alas? Estaba ahí envejeciendo cada día, esperando más aves que me usaran como casa y Julio ahí como el recuerdo de los que se fueron, ¿los árboles tienen memoria? Lo dejé de amar y creo que eso fue peor que sólo dejarlo y amarlo a lo lejos, que convertirme en pájaro y volar a otro árbol hasta que llegara
una nueva estación y mis alas pidieran movimiento. Y yo con Julio, y resultó lo contrario a lo que él me había dicho que era el amor. Pues lo dejé de sentir cuando me olvidé de mí. A veces me gustaba pensar que lo seguía amando Alfonsina-árbol donde quiera que estuviera.
Sabía que no era cierto, que la horrible verdad era que Julio podía ser mi destino porque no me podía deshacer de él. Tú no me dejabas y te odiaba por eso, por no dejarme ser tuya, por impedirme pertenecer al fin. Quería hacerte daño y también lastimarme a mí, por débil.
Llegó Boris, que me regalaba la polaroid de sólo el cuerpo. Le pedí que me dejara llamarlo Tomás, quería hacer un homenaje a mi mejor historia. Boris y yo sólo éramos un álbum de fotografías eróticas. Hojas gruesas con momentos que no recordaríamos. Me gustaba ser infiel y no sentir culpa, que eso no significara nada. Con Boris nunca hablé, no reímos. Nos veíamos en un hotel que cobraba por hora y no por noche. Todos los miércoles a las cinco. Dividíamos los gastos, y los gustos. Hasta que un día no llegué otra vez. Siempre imagino a Boris esa tarde que no asistí, sobre las sábanas gastadas, sin ropa y mirando el techo cuando no el reloj, viendo pasar los minutos, haciendo cierto que la última
vez fue el miércoles pasado. Tocándose con enojo y placer. Me gustaba pensar que se había enamorado de mí. Yo no de él, porque su sonrisa sólo era un gesto casi imperceptible que sus labios hacían mal. Imaginé a Boris rompiendo el álbum de atrás para adelante, desde esa tarde con pornografía en la tele, hasta el día del bar en que nos conocimos, cuando me vio entrar y sentarme junto a él, y rompió mis palabras: Sólo quiero hacer el amor cada semana, esta es la dirección, a las cinco. Destrozó el recuerdo que tenía de mi espalda caminando hacia la puerta y el papel que se guardó en la bolsa de la camisa, y le punzó un poco más abajo, arrugó la espera hasta ese día que me vio llegar sin palabras, sólo tres en la recepción: Pongo la mitad. Entonces partió en varios pedazos el cuarto que nos esperaba oreado, pero con rastros de colonia para hombre, y me vio quitarme la ropa y abrir las piernas. Boris se deshizo de cada fotografía. Y yo de él.
Tú me obligabas a no ser tuya. Te gusta el peligro, la idea de perder. Creo que todavía guardas la felicidad para después, por eso te hablé de Boris y tú hiciste lo que nunca se me ocurrió: me pediste que te llevara a ese hotel, a ese cuarto, a esa cama, me obligaste a quitarme la ropa y me hiciste pedirte perdón, para después hacerme el amor como un perro enfurecido. Así supe que te había lastimado pero, Tomás, no me sentí mal, pensé que te lo merecías, por eso lo volví hacer muchas veces más con cualquier hombre.

Gilma Luque nació en la Ciudad de México en 1977, estudió filosofía en la Universidad del Claustro de Sor Juana y en la Universidad de Guanajuato, es egresada de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM). Ha colaborado en revistas como Kronos (San Luis Potosí) y Pasta Seca (Guanajuato). Fue coargumentista del largometraje Mientras mueres, Selección Oficial del concurso de guión del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de la Habana 2008. Ha sido becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) en las emisiones 2006-2007 y 2009-2010 en la disciplina de novela.